Es un trastorno crónico que afecta el intestino, cuyos síntomas más frecuentes son: molestias o dolores abdominales (cólicos), gases, sensación de distensión abdominal.
Es un trastorno crónico que afecta el intestino, cuyos síntomas más frecuentes son: molestias o dolores abdominales (cólicos), gases, sensación de distensión abdominal. El dolor y la distensión usualmente alivian luego de evacuar. Cambio en la frecuencia de las evacuaciones (periodos mayores de estreñimiento alternados con diarrea), y en la forma y/o consistencia de las heces, en ocasiones con mucosidad. Con frecuencia las personas con colón irritable presentan estreñimiento o constipación, acompañado en ocasiones de escasa cantidad, mayor esfuerzo al defecar y sensación de evacuación incompleta. En otras ocasiones pueden presentar diarrea, heces de menor consistencia o líquidas. Son comunes los episodios alternos de estreñimiento y diarrea. La presencia de sangre en las evacuaciones, pérdida de peso, anemia, fiebre, no es parte del síndrome de colón irritable y alertan ante la posibilidad de que se trate de otras condiciones médicas o quirúrgicas diferentes. Por lo general afecta a personas jóvenes y de edad madura, y más frecuentemente a mujeres. Para orientar el diagnóstico, es conveniente llevar un registro diario de sus síntomas, frecuencia y características de las evacuaciones, consumo de alimentos y situaciones emocionales especiales.
El tratamiento actual del síndrome de intestino irritable va dirigido a la causa y no sólo a aliviar la sintomatología. De esta manera se indican medicamentos serotoninérgicos que regulan la función intestinal. Adicionalmente, es conveniente evitar aquellos factores que se reconozcan como desencadenantes o agravantes de los síntomas. Por ejemplo seguir una dieta con abundantes líquidos, vegetales verdes y frutas, baja en grasas, café y bebidas alcohólicas. Se recomienda también realizar algún tipo de actividad física regularmente como caminar, nadar, montar bicicleta. Es importante buscarse algún hobby o pasatiempo que le permita relajarse.
No omita ninguna de las comidas principales. No haga ayunos prolongados. Las comidas no deben ser abundantes ni con alto contenido en grasas. La fibra debe consumirse en forma gradual, para evitar la distensión y los gases. Es indispensable tomar al menos 8 vasos de agua al día. Tome agua en ayunas. Las preparaciones de las comidas deben ser sencillas. Como plancha, al vapor, horneados, sancochados. Evite las frituras y las preparaciones con grasa y manteca. Regule la función intestinal, cumpliendo el horario de las comidas y trate de ir al baño a la misma hora. Cumpla estrictamente estas indicaciones sobre todo en periodos de estrés. Las actividades de recreación y esparcimiento, alternadas sabiamente con las obligaciones y las labores diarias, son necesarias para un adecuado equilibrio emocional que haga posible un funcionamiento armónico del aparato digestivo.
Sopas, cremas, consomé sin grasa, carnes blancas (pollo sin piel, pavo, pescado), alimentos ricos en fibra (vegetales verdes frescos y verduras), fruta (evite la guayaba y el cambur), consuma carnes rojas en poca cantidad (no más de 1 vez a la semana), y con frecuencia pescados y carnes blancas. Coma todos los días cereales integrales y vegetales verdes.
Cereales refinados (pan, pastas elaboradas, harinas blancas). Alimentos y bebidas productoras de gases (papa, coliflor, repollo, cebolla, rábano, pepinos, granos y bebidas gaseosas), alimentos azucarados (dulces, mermelada, papelón, etc.), frituras, alimentos enlatados, licores, café, chocolate y malteadas, goma de mascar.