La medicina, en la actualidad, afronta una multiplicidad de problemas a los que anteriormente no se enfrentaba.
La medicina, en la actualidad, afronta una multiplicidad de problemas a los que anteriormente no se enfrentaba. Hoy no hay duda de la existencia de una variedad de matices que entrecruza los factores psicológicos con los fisiológicos, promoviendo la necesidad de interacción entre las esferas biológica, psicológica y social, conformando equipos multidisciplinarios coordinados hacia un mismo objetivo.
En todo tratamiento la participación del paciente es vital para optimizar los procedimientos, sin embargo, se le adjudica más importancia a los factores fisiológicos que a los factores emocionales. En el caso de la medicina reproductiva, la intervención de los factores psicológicos y sociales amerita una respuesta más allá de la biología, ya que se hace indispensable, convertir una situación conflictiva en una experiencia de vida trascendente y llena de significado.
En esta búsqueda, muchas veces se recurre a técnicas o terapias que prometen resolver las causas de los conflictos o sufrimientos. Las investigaciones acerca de las terapias alternativas presentan información contradictoria acerca de su efectividad sobre las tasas de embarazo. No obstante, indican que las terapias centradas en el paciente resultan beneficiosas para mejorar las condiciones emocionales de las personas que se incorporan a programas de reproducción asistida, influyendo positivamente sobre los resultados de los tratamientos.
En todo caso, lo que se busca es favorecer la fertilidad, por lo que se requiere trabajar para la vida, a través de la nutrición, cambio de estilo de vida, reconstrucción cognitiva, regulación emocional, etc. Aunque, es de estar consciente que ninguna de estas terapias puede asegurar que modifica una situación de infertilidad a una de fertilidad, ni que actúa directamente sobre las causas de ésta, como para ser utilizada de alternativa fiable o panacea, pudiendo generar falsas expectativas.
Entre las terapias más conocidas se encuentra la acupuntura y la reflexología. La acupuntura es un procedimiento terapéutico de la medicina tradicional china desarrollado hace más de tres mil años. Consiste en la inserción con fines terapéuticos de agujas en puntos precisos de la piel denominados puntos de acupuntura. La explicación de la medicina tradicional china implica una armonización del cuerpo, que pudiese asociarse a la química cerebral, orientado a controlar estados emocionales como la ansiedad, la depresión y la baja energía. Se relaciona también con el aumento de irrigación sanguínea a nivel ovárico y uterino.
La psiconeuroinmunoendocrinología y visualización guiada, comprende el estudio de las relaciones de los mecanismos regulatorios y de control del organismo. Considera que la comunicación entre los componentes del cuerpo está determinada por diferentes tipos de señalización entre las diferentes partes del organismo, cuya red de trabajo debe funcionar armónicamente como un todo y en permanente conexión con el medio en que se desarrollan. Plantea que las situaciones emocionales pueden influir, determinar o modificar una situación física y que esta vía es bidireccional. Con esta premisa, se utiliza la creación de imágenes con el fin de estimular la autosanación y potenciar las fortalezas del yo para alcanzar un adecuado ajuste psicológico y emocional.
La hipnosis, la programación neurolingüística y la meditación, son un grupo de técnicas cuyo objetivo en desarrollar en el usuario un estado emocional equilibrado y apoyado en creencias positivas que impulsen a la persona a mantener un ajuste psicológico apropiado para comenzar, mantenerse y lograr, en el mejor de los casos, el embarazo deseado. La hipnosis ha sido utilizada para a través de una inducción, mantener un estado de relajación que favorezca la transferencia de gametos durante un FIV. La programación neurolingüística puede ser una herramienta para reeducar nuestro cerebro, erradicando ideas negativas que puedan afectar el equilibrio holístico del individuo.
Lo más importante, de utilizar alguna de estas técnicas, es dotar con inteligencia emocional todas las acciones que contribuyan a reforzar el sentido positivo de la experiencia que se vive, aportando razones o motivos para sobrellevar de manera más optimista esta difícil carga, afrontándola con una postura y actitud correcta. El ser humano se hace preguntas que muchas veces no tienen respuesta clara, la búsqueda de la certidumbre es norma del intelecto, por esta razón otorgar sentido a una situación puede ser una forma de orientarse hacia la verdad, proveyendo de significado cualquier experiencia vivida como trágica. El mejor regalo que puede recibir el ser humano es la esperanza, la búsqueda del sentido siempre reporta confianza en el futuro.
Psic. Zoraida Mendoza