La osteoporosis se comprende mejor como un trastorno multifactorial, el cual involucra a varios factores de riesgo
La osteoporosis se comprende mejor como un trastorno multifactorial, el cual involucra a varios factores de riesgo. Para comenzar, los factores genéticos son fundamentales, reconociéndose cierta preponderancia familiar, que se puede intuir a partir de la historia de fracturas en un familiar de primer grado o en diagnósticos familiares de osteoporosis. Asimismo, la raza blanca presenta menor masa ósea que sus congéneres de otros grupos étnicos. Recientemente se han reportado varios estudios que estudian diferentes regiones cromosómicas que parecen estar relacionadas con la densitometría mineral ósea (DMO). Entonces, entre el 60 y el 80% de las variaciones naturales en la DMO está determinado genéticamente.
Por su parte, las mujeres con mayor índice de masa corporal tienen menores valores de DMO. Además, es bien conocido que la actividad física durante el crecimiento y el desarrollo produce hipertrofia ósea y muscular. Por otra parte, las condiciones de menarquía tardía, nuliparidad, amenorrea prolongada, hipogonadismo, anorexia nerviosa, ooforectomía premenopáusica o insuficiencia ovárica prematura, albergan un incremento del riesgo osteoporótico debido a su asociación con el hipoestrogenismo. También hay que considerar los hábitos psicobiológicos, entre los que cabe nombrar el sedentarismo, el tabaquismo, la cafeína, la dieta pobre en calcio y rica en proteína animal, el abuso de alcohol, así como a ciertos fármacos. Por ejemplo, los corticosteroides deprimen la actividad de los osteoblastos y la formación ósea, por lo que aumentan el riesgo de fractura.De esta manera, tanto el déficit estrogénico como el tratamiento con glucocorticoides dan lugar, fundamentalmente, a una pérdida de hueso esponjoso, mientras que el exceso de hormona paratiroidea causa principalmente un desgaste del hueso cortical.
En forma similar, el exceso de hormona tiroidea tiene acciones adversas sobre los huesos, lo cual es un factor a tomar en cuenta en la posmenopausia, pues debido a que las necesidades tiroideas declinan con la edad, es importante graduar las dosis de hormona exógena correctamente en las pacientes hipotiroideas o ajustar los medicamentos bloqueadores de la función tiroidea, en aquellas que padecen de hipertiroidismo. Igualmente, las terapias prolongadas con anticonvulsivantes, heparina o antiácidos a base de aluminio aumentan el riesgo. Luego, no se puede olvidar que los pacientes con trastornos gastrointestinales, debido a deficiencias en la absorción de nutrientes, condicionan consecuencias esqueléticas.
Por último, destacan otras afecciones médicas que predisponen a osteoporosis secundaria, tales como hipertiroidismo, hiperparatiroidismo, hiperprolactinemia, hipercalciuria, insuficiencia renal crónica, enfermedades del tejido conectivo, enfermedad de Paget, linfoma, síndrome de Cushing y mieloma múltiple. Vidafer, dispone de varias publicaciones en revistas y libros sobre la osteoporosis.