El apoyo psicológico te ofrece una oportunidad para dirigir y orientar tu vida de una forma distinta y constructiva.
Cada etapa de la vida supone un cambio, y estos cambios van asociados a la resolución de crisis vitales, en las cuales cada uno de nosotros se encuentra con tareas que debe resolver para pasar a la etapa siguiente. Este proceso se llama maduración.
En la infancia la tarea por superar es autonomía, el control del cuerpo y la interacción social, durante la adolescencia lograr la identidad propia y la independencia marca el paso a la edad, adulta. En la adultez, el establecimiento de una familia propia, una profesión u oficio, criar hijos y ejecutar el proyecto de vida se convierte en la tarea vital, ya en la madurez dejar un legado, el contacto espiritual y prepararse para la muerte son las tareas a solventar.
Cada momento representa una evolución: convertirse en algo nuevo es dejar algo en el pasado y hacer el duelo por la pérdida sufrida. Entre las tareas del adulto que llevan a una situación marcadamente nueva se encuentra el embarazo y la preparación para ser madre o padre. Esta nueva etapa implica dejar la identificación con una imagen de unicidad o individualidad, para cambiar a otra, donde el individuo se convierte en dos, asumiendo nuevas responsabilidades, situación social, económica y rol de vida.
Este cambio puede afectar de una manera tal a la embarazada, (posiblemente por no estar preparada, no haber considerado un hijo en su proyecto actual de vida, por estar en una situación de conflicto consigo misma o con otras personas importantes, etc.), que ésta desarrolla una serie de síntomas, que afecta negativamente la condición emocional y psicológica de la mujer y, por ende su proceso gestacional.
En otros casos, la mujer qué como parte de su proyecto de vida desea embarazarse y no lo logra, desarrolla, igualmente, una sintomatología asociada a la frustración de sus metas, que pueden ir desde la rabia hasta la depresión, pasando por procesos intermedios que implican afectación de la autoestima, sentimientos de inferioridad, pérdida de la identidad y procesos de duelo.
Es posible que algunos síntomas, de los cuales no estamos conscientes, no le hemos prestado la suficiente atención o bien los justificamos de cualquier otra manera como: dolores de espalda, cabeza o mareos no asociables al embarazo, falta de concentración, problemas respiratorios que antes no ocurrían, disfunciones sexuales, caída del cabello, desinterés por cosas que eran importantes, pérdida o aumento de peso, taquicardia, entre otras, estén alertándonos sobre la necesidad de buscar ayuda.
Cualquiera sea el caso un adecuado apoyo psicológico puede representar la diferencia entre quedarse estancada, en medio de un proceso doloroso que puede prolongarse largamente y dejar secuelas irrecuperables o bien, tomar consciencia de los factores que te están afectando y decidirse a lidiar con la situación actual, buscando la forma de seguir adelante.
El apoyo psicológico te ofrece una oportunidad para dirigir y orientar tu vida de una forma distinta y constructiva, que puede abarcar las siguientes acciones:
- Brindar contención y apoyo, intentando establecer una relación de confianza entre los profesionales involucrados, con la finalidad de enfrentar la problemática con una visión positiva.
- Brindar psico educación: esta acción se refiere a educar sobre la situación problema, los recursos con que se cuenta para solucionarlo, disipar dudas y prejuicios, establecer estrategias para dar los mejores resultados con el tratamiento aplicado.
- Cambiar cognitivamente: modificar la visión negativa de sí misma y la vivencia catastrófica de los eventos. Aplicar técnicas que gradualmente instauren pensamientos positivos o tranquilizadores, como por ejemplo el uso de autoafirmaciones.
- Incorporarse en redes de apoyo: que permitan aumentar la autoestima mediante el fortalecimiento de la confianza y el apoyo necesarios para cambiar las distorsiones cognitivas e involucrar a personas cercanas, que sirvan de sostén en los procesos. Posibilitar la vinculación que otras personas que estén atravesando la misma situación para minimizar los sentimientos de diferencia y exclusividad de síntomas.
- Emplear los recursos psicosociales: Para facilitar el acceso y conocimiento a los servicios útiles acordes a la necesidad de cada quien y a las posibilidades concretas derivadas de la situación.
- Entrenarse en técnicas que mejoren la calidad de vida y desarrollen estrategias para enfrentar cada momento del proceso de la mejor forma posible.